10 de diciembre de 2013

No soy un árbol.


Desde que supe que eran los misioneros quise con toda el alma ser una, pero era mucho rollo y yo, según 'todos', tenia responsabilidades que cumplir (estudiar la prepa, universidad, tener marido e hijos, un negocio, nietos y una vejez placentera) así que mate ese sueño y me dedique a cumplir las expectativas de 'todos'.
Luego, al casi terminar la prepa, quería estudiar filosofía y letras pero según 'todos' seria muy complicado que yo estudiara en otro lugar, era mejor escoger algo del catalogo de la universidad local. Y así fue como escogí sociología, tal vez no hubiera triunfado en filosofía pero nunca lo sabre porque no me di la oportunidad. Al quinto semestre de sociología me di cuenta que no era lo mio pues reprobé algunas materias básicas, y como había aprobado unas materias de psicología con calificación perfecta, "todos' sugirieron hacer un cambio a la licenciatura en psicología. No lo negare, me pareció buena opción y eso hice. En adelante mi vida se convirtió en un puñado de caminos escogidos por necesidad, sugerencias, ideas e incluso manipulaciones de terceros mezcladas con asomos de mi propia inconsciencia y una que otra buena decisión.
Por mucho tiempo he vivido muy tranquila pensando que lo que he hecho de mi vida es lo mejor que cualquiera podría haber hecho con ella. La realidad es otra. A mis 25 años y 5 meses, he descubierto que a mi alrededor hay gente que ha hecho cosas grandiosas o al menos geniales con la misma (incluso menor) cantidad de días. Ahora, con esto no digo que me arrepienta de haber nacido, al contrario, quiero honrar a Dios, el dador de la vida.  viviendo como puedo y no como sea mas fácil.

Si no te gusta donde estas ¡muévete! no eres un árbol.

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